martes, 16 de junio de 2009

Por los besos secretos

Podemos pensar como románticos, pero sentimos como seres vivos. El enamoramiento parte de un proceso bioquímico que se inicia en la corteza cerebral y se proyecta al sistema endocrino. Las feromonas, arropadas por sutiles mezclas de perfume, acaban excitando nuestras pasiones más bajas hasta que, consumado el orgasmo, aparece la oxitocina; con ella, esa profunda conciencia de pertenencia al otro y que, desde tiempos inmemoriales, hemos bautizado con la palabra amor.

Todo flechazo filtra un cierto veneno en nuestra piel. Una persona en particular se convierte de buenas a primeras en el centro de toda atención. Las feromonas, sustancias volátiles que cada persona desprende de manera invisible, alteran la propia química y desencadenan respuestas fisiológicas tales como la secreción de fluidos lubricantes, la dilatación o la erección genital. En esta fase se experimentan reacciones de excitación y deseo que perturban la razón. Un rostro, un peinado, un determinado vestido, una postura, una determinada forma de hablar o de reír nos parecen la cosa más fascinante del mundo y no tenemos sentidos para nada más. La magia, sin embargo, es tan invisible como cierta. Estimulada por las feromonas, la feniletilamina instruye la producción masiva de dopamina o norepidefrina, anfetaminas cerebrales que producen una sensación de desasosiego.

La respiración se acelera y un sudor casi imperceptible se pronuncia en axilas e ingles. El mismo cerebro reclama un cierto control y, entonces, empezamos a segregar endorfinas y encefalinas que permiten una sensación de paz, calma y seguridad, a la vez que estimulan toda suerte de fantasías. Expertos italianos de la Universidad de Pavía han demostrado cuan inestable es esta situación de enamoramiento, que nos hace dormir poco, comer menos y pensar constantemente en la otra persona hasta culminar el proceso, en el mejor (que no frecuente) de los casos, con una relación sexual. Entonces, la oxitocina liberada durante el orgasmo acaba por poner las cosas en su sitio.


Por Jordi Montaner, articulo entero aquí




Por todos aquellos que, pública o furtivamente, sintieron, sienten y sentirán el nerviosismo que se vive en ese momento en el que estas frente a tu "amig@", sabiendo que en cualquier momento el/ella mirará tus ojos y tú sabrás que será ESE el instante en el que, torpemente, acercareis vuestras caras, vuestros labios se acariciaran, y después, con una leve sonrisa, os mirareis pensando en el tiempo que llevabais deseando que eso pasase.



Esta vez, por los besos secretos: Ivan Ferreiro - S.P.N.B. , los mios y los de quien día a día me hace participe de sus historias, por supuesto, tambien secretas ;)





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